Aquella noche se desbordó el río y el terror de las tinieblas despertó. El frío, húmedo y sigiloso recorrió las calles solitarias de un pueblo invadido por la bruma densa. Los vecinos la sentían cerca, la vieron pasar como una sombra que dejó a su paso una estela de muerte y maldad. El ambiente era invadido por un olor fétido que consumía la vida de plantas y animales.
Ese ser venido de algún lugar se detuvo frente a mi ventana, yo me desperté y la miré, flotaba. Su rostro era monstruoso: su piel pálida que resaltaba las arrugas de la cara, su pelo desaliñado y su mirada… una mirada de odio y de dolor que me paralizaron. Bajé la mirada y distinguí en sus manos unas uñas largas, sucias y afiladas como las de una bestia. Atravesó el muro, su siniestra mano me tomó del brazo y ya no me soltó, intenté zafarme, pero no pude. Sin darme cuenta me envolvió con su manto blanco, quise gritar pero no pude, mi voz se ahogó paulatinamente.
Mi cuerpo se desintegró y sólo quedaron mis huesos que cayeron sobre la tierra mojada. Mientras, para saciar su sed de venganza, busca a otro ser indefenso gritando con infinita aflicción: "¡Hijos míos, pobrecitos de ustedes! ¡Aaaaay!"......
Es todo lo que recuerdo. Ahora me voy, mi madre me llama.
Las chicas le gritaron al unísono ¡sabroso! Pavoneado y sin apartarlo de su mente siguió su camino, llegó a su casa, y quiso corroborarlo. Comenzó por las uñas, gustaban bien, se las comió todas, creyó era un avance, muchos no pasan de medio mordisquearse las uñas. Se cortó el dedo pequeño del pie y lo tragó de un bocado. Degustándose se automutilaba, mientras más comía más se gustaba… ¡qué razón tenían las chicas!
Texto de JAGG Publicado originalmente en Químicamente Impuro
Su trabajo era agobiante, día y noche sin descanso. Decidió terminar con la situación arrojándose contra un camión. Su muerte causó consternación mundial, los diarios así lo anunciaban: ¡Hoy de cero por ciento (0%) la tasa de natalidad!
Existe un formulario que pretende conocer la personalidad de alguien, es mejor conocido como “cuestionario Proust”. No tengo una idea clara del por qué lleve el nombre del célebre escritor de “En busca del tiempo perdido”; una versión dice que él lo redactó y se divertía entrevistando a sus amistades, cosa muy dudosa; la otra versión, más creíble, es que Proust contestó, siempre de buena gana, a dicho cuestionario, hoy se conocen dos de estas entrevistas, una de cuando tenía trece años y la otra siete años después. Con las respuestas de Marcel Proust no se puede conocer del todo su personalidad, quizá, eso sí, algunos rasgos: como el miedo a separarse de su madre o la frustración que le traía el no poder expresar sus sentimientos abiertamente, Proust era homosexual y para la moral de la época era simplemente aberrante.
Muchas personalidades han dado respuesta a la entrevista, aún a costa de modificar su imagen pública. Algunas de esas respuestas son de antología, así que me di a la tarea de encontrar las mejores respuestas , que bien afirman la personalidad del entrevistado o ayudan aencontrarlealgunas contradicciones de sus dichos a sus hechos.
¿El principal rasgo de su carácter?
La pereza.
¿Su sueño de dicha?
Whisky y una buena novela policial que todavía no he leído.
¿Dónde desearía vivir?
En cualquier sitio, pero de rentas.
(Juan Carlos Onetti)
¿Cuál es su estado mental más común?
En los lindes de la idiotez, como casi todos los seres humanos.
¿Cómo le gustaría morir?
Haciendo el amor. (En realidad, a cualquiera le gustaría morir así.) Si después de muerto debe volver a la Tierra.
(Roberto Bolaño)
¿Cuál crees que es la virtud más sobrevalorada?
La honestidad.
¿Cuál crees que es tu característica más marcada?
Mi capacidad para discutir, en profundidad, un libro que no he leído.
¿Cómo te gustaría morir?
No creo que eso vaya a gustarme nada.
¿En qué ocasiones mientes?
¿Quién necesita una ocasión?
(Tom Waits)
¿Cuál sería su mayor desgracia?
Quedar ciego, idiota o inútil.
¿Su lema?
El día que me crea importante me habré vuelto un imbécil.
¿Cuáles son aquellas fallas que considera perdonables?
Aquellas que se cometen por fidelidad a una pasión.
(Mario Vargas Llosa)
¿Cuáles son sus heroínas en la vida real?
Sucesivamente, las muy distintas mujeres de las que me enamoro, o espero, o quizás, las muy distintas mujeres, ya que soy viejo, de las que sigo enamorado. ¡Tengo 79 años!
¿Qué es lo que más le detesta?
Creo que la estupidez y la crueldad, que suelen ir juntas.
(Jorge Luis Borges)
¿Cuál es tu sueño de felicidad?
Si entendemos por felicidad la "calma chicha", como dirías tú (a Elena Poniatowska), generalmente graciosa, la eliminación del otro, entonces no hablamos de felicidad, sino de muerte. La felicidad tiene que estar hecha del juego de los contrarios. Es una tentativa, que nunca se realiza del todo, por llegar a una unión de contrarios; pero esa unión se deshace inmediatamente hay que rehacerla. En ese sentido, la felicidad es una empresa interminable, lo mismo que la metáfora poética o que la creación de una sociedad realmente humana.
(Octavio Paz)
¿Qué detesta sobre todo?
A los mentirosos y a los serviles
(Elena Poniatowska, debo resaltar que lo dijo cuando andaba sirviendo a López Obrador)
¿Cuál sería su mayor desdicha?
24 horas oyendo cantar a Nuria Feliu o a Julio Iglesias.
Si Dios existe, ¿qué le gustaría escuchar de su boca al llegar usted al paraíso?
¡Que se callen los obispos!
(Juan Marcé)
¿Cuál considera que es la virtud más sobrevalorada?
La oración. De todas las practicas es de la que más se abusa.
¿Qué palabras o frases considera de uso excesivo?
No es fácil construir una frase compleja sin necesidad de utilizar "que".
Si muriera y volviera como una persona o cosa, ¿qué piensa que sería?
¡Qué idiotez! Dios, si él o ella está prestara atención, tendría una idea más ingeniosa de la forma de castigar y recompensar en las primeras etapas de una nueva existencia.
(Norman Mailer)
¿Qué don natural le gustaría poseer?
La fuerza de la voluntad e irresistible encanto.
¿Cuál es su estado de ánimo actual?
Las molestias por tener que pensar en mí mismo para responder a estas preguntas.
